Cimarrona
siempre supe
que por alguna razón insuficiente
no podía nombrar esa palabra negra
esa era mi historia
llena de significaciones entre líneas
que nunca me tocaban
que me aturdían
y yo era negra también
porque nadie sabía nada de mi padre
yo era negra
abrazada al mapa del regazo de mi abuela
para no perderme
llena de secretos incrustados
en las capas de pintura
que acumulan las casas de cemento
buscando entre los libros de doctor
de mi abuelito veterano
siempre en el lugar equivocado
pistas coherentes del sabor de mis caderas
los espacios oscuros
en los que se me cancelaba
yo no era de allí, supongo
el discurso racista en la sobremesa de mi casa
me amargaba
esa era yo y esa eran ellos
eran mami, abuela, abuelo
tal vez mi tío un poco menos
que me llevó a mirar las noches en el pueblo
y siempre tuvo novias con el pelo rizo
novias negras
después quise ver más allá del enrejado
pintar con las cenizas de las hogueras nocturnas
de los pueblos cercanos a la playa
y sin embargo, y a pesar de mi familia
las capas de pintura
los cuentos extendidos más allá del sueño estético
todo trazaba pistas negras
un lenguaje cotidiano con el acento portugués
de un negocio transoceánico
que nos hizo a todos negros
negros en la cama los bisabuelos franceses
las tías canarias
negro también sevilla
negro el perú
negro todo el sur de españa
negras las ventanas soleadas de las casas
negros los bailes, las querencias
la virtud del mar en la mirada
el problema fue que no había más historia
que las enredadas genealogías familiares
historias privadas de las que no se habla
demasiado pobres para ser históricas
demasiado negras para ser historias literarias
por eso me acusaron
demasiado culo,
demasiada boca
demasiada risa,
demasiado cafre
demasiado baja
demasiado negra explayada
malhablada
la blancura era un contexto irracional
inmune a los estragos del salitre y la resaca
y yo, rebelde, me iba a la playa
a ponerme cada vez más negra
cada vez más pobre, más descalza
y yo, cobarde, iba con una vergüenza blanca
en el cuerpo avergonzado
una vergüenza lechosa y rosadita
una vergüenza también de bultos
y de carnes
una vergüenza colonial, terrateniente, adúltera
fornicante, blanca, violadora, víctima, violada
una vergüenza negra en el lenguaje
en la vida cotidiana
inapropiada para mi casa hipócrita
para mi casa blanca
yo sabía bien que el mar que me rodeaba
era de áfrica
que la luna del cielo era de áfrica
que el cielo no cabe todo en una palma
de una mano blanca
que el ritmo de la noche era de áfrica
que el cansancio de los cuerpos
que la palabra cuerpo, que la palabra planta
que la palabra madre, que la palabra vida
que la palabra casa, que la palabra historia
que mi historia toda
y tracé por voluntad
esa línea imaginaria y fértil
desde el centro genital de mis orígenes
hasta algún país de áfrica
y aunque tú me veas así,tan burguesa, tan perdida, tan blanquita
yo te juro que siempre fui la negra de mi casa
la negra con todos los prejuicios
con todos los estigmas
con todas las violencias
yo era la bastarda
la negrita, cimarrona
la nena malcriada
escondida entre los márgenes
de la falda del cafetal abandonado
de mi abuela blanca